martes, 27 de octubre de 2009

Empieza y acaba en enero. Supongo que la constancia no es una de mis virtudes. La verdad es que no se que decir, porque no tengo nada que decir, pero nadie lo tiene. Pero se dice, se escribe, y es bonito y es bueno, y se lee, y leer algo bueno consuela, y distrae, y me olvido por unos minutos de que ya no tengo un cigarro entre los dedos, y que el humo ya no sube hasta la estantería de libros. En cualquier momento, ahora, podría ponerme a llorar,o a bailar un rap, o lo que es mucho mejor, las dos cosas a la vez.